Vuelven las colaboraciones de mis amigos “de Grecia, de Pucela, del Infinito y de más allá”  hoy se une a mi blog Pablo de El Don del Ocio, una web muy recomendable para enterarte de lo que se cuece por Valladolid. Todo un honor que una web seria recomiende a un inconsciente como yo y que su fundador sea tan inconsciente como para echar un rato a escribir en Palabras… ya sabéis que vosotros también tenéis la puerta abierta…  ¡dele, Don Pablo!

Me he permitido el lujo de entrar en casa de Satanopoulas sin ser invitado. Simplemente porque he visto en la lejanía a uno de mi especie y no he podido evitar acercarme a saludarle y hablarle de algo que, si no conoce, necesita conocer.

Algo así como cuando viene una vieja (quiero decir una señora en edad avanzada para la media de la supervivencia, que si no se me comen los lingüistas/feministas/igualistas… istas en general). Decía, una vieja de esas que no conoces de nada, y de repente te asalta en la vía pública, normalmente tocando, y afirmando que eres el hijo/hija (cachorro) denosequién, y que cuando eras pequeño te cagabas en los pantalones… Sí señora, y ahora me cago en la purísima concepción.

Pues de este modo he visto en lontananza al hermano Satanopoulas y, automáticamente he sabido que era de mi especie. Porque yo, señores y señoras, niños y niñas y demás seres (pensantes y no); pertenezco a otra especie. Somos pocos, es verdad, pero existimos.

Hemos evolucionado de una extraña mutación, que ha permitido a nuestro cerebro estar dotado de una capacidad asombrosa para ver el mundo de una manera distorsionada. De la única manera que a veces es soportable. A esta mutación, le he dado en llamar: El Pensamiento Gilipollas.

Somos algo así como los X-Men, pero no esperes que te salvemos de nada. Del tedio como mucho. Aunque seguramente, tendrás más ganas de calzarnos una hostia que de reírte con nosotros.

El pensamiento gilipollas.

Se trata sin lugar a dudas de una mutación única. Si la bipedestación nos separo del animal, el pensamiento gilipollas nos separa del hombre. Es una capacidad extraordinaria que consigue que en los peores momentos puedas partirte el culo.

Un inciso importante: Partirte el culo. En serio. ¿A quién cojones se le ocurriría esta expresión para definir el momento en que te ríes mucho? Para empezar en culo ya está partido, si no sería espalda, básicamente. Y en segundo lugar, a quién le hace gracia partirse el culo. Otro ejemplo más de que el pensamiento gilipollas es una realidad.

Al pensamiento gilipollas no le importa la crisis. No le importa la corrupción, ni el paro, ni la pobreza… No amigos. Al pensamiento gilipollas solo le importa descojonarse de todo. ¿De que manera creéis que podría el hombre seguir su existencia en un mundo como este?

La respuesta es el pensamiento gilipollas. Esta mutación, hace que todos los recursos cerebrales se pongan a trabajar para conseguir que seas capaz de hacer una gracia de cualquier situación. Como a un psicópata (el famoso hijo de un psicólogo y un telépata), el pensamiento gilipollas te anula la empatía. No eres capaz de conectar con el sufrimiento de nadie, sólo ves la capacidad de reírte.

Muchos estudios dicen que ha evolucionado de la reacción límbica al conocido «golpe en las pelotas». Ahí se produjo la mutación, que poco a poco, por selección natural, se ha ido abriendo camino.

Una nueva Especie

Claramente somos una nueva especie. Han existido hitos en la evolución que han marcado la diferencia. Ponernos sobre dos patas, cambios de alimentación, la agricultura, el descubrimiento y manejo del hierro y otros metales, la revolución industrial, las armas… Y el último de todos estos hitos es el pensamiento gilipollas. Pero cuidado, éste pensamiento nos puede llevar de cabeza a la extinción. Es un arma de doble filo.

Si se le deja actuar en libertad, puede conseguir cosas como que Rajoy o Trump salgan elegidos para poder seguir descojonandonos a gusto. Como Spiderman decía: Un gran poder, requiere una gran responsabilidad.

Entonces, ya sabes el secreto de la humanidad. Porque no solo Satanopoulas y yo pertenecemos a esta especie. También tú, y algunos más que, como tú, aún no lo sabéis. Porque somos legión, y tenemos un poder descomunal, pero por desgracia, lo empleamos en partirnos la caja con todo lo que ocurre.

Sí señores y señoras, hermanos de especie, somos la especie elegida, pero para ser un chiste con patas. Podríamos denominarnos: El hommo gilipollaes.

Autocorrector Gilipollas.

Otra de las características de este nuevo Hommo gilipollaes es su autocorrector cerebral. Y, al igual que el del móvil, se cree más listo que tú. En el momento en que ve una palabra, automáticamente se pone a funcionar para convertirla en algo irrisorio. Ahora mismo no me viene ningún ejemplo que analizar…. analizar.

Anal-izar: Vamos lo que significa levanta el culo y lárgate de aquí. ¡Ya está! ¿Lo ves?

Así actúa. Te saca de los razonamientos para llevarte a su terreno.

Otro ejemplo claro de este pensamiento.

– ¿Qué es un biólogo?

– Pues un monólogo entre dos personas.

Otra de las maneras en las que actúa es, por ejemplo, cuando alguien te dice una palabra y tú, sin poder evitarlo le sueltas una gilipollez extrema. Por ejemplo, cuando alguien te dice que es Vegano, y sólo eres capaz de contestarle No hombre, que hace frío, aún es Inviegno. Y te ríes. Porque te hace gracia. A nadie más, pero tú te ríes. Las tres mil veces que al día sueltas una chorrada de ese calibre.

Así que, amigos y amigas. Una nueva era está comenzando, aunque no seamos conscientes de ello. Y puede darnos la mayor grandeza de la humanidad, o llevarnos a la extinción (que es lo más probable).

Únete a nosotros, y deja que sean los demás los que se dediquen a cosas sin importancia, como la economía mundial, montar un gastro-bar o buscar la cura a enfermedades incurables…

La era del pensamiento gilipollas ha llegado.

Por El Don del Ocio.

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