Que se joda el cortinglés…

Así que con tan pingüe genética herencia
no creo ni en hadas ni en quinielas y más desde que
El Corte Inglés
legalizó la marihuana
por una compra superior a doce gramos
de regalo un póster del Che Guevara.
El último cantautor. La Cabra Mecánica.

Hola, amigos, ¡qué jodida es la vida!… he decidido cambiar el inicio de los post, año nuevo… ¡por el culo te la hinco!… sé que no tiene rima, pero la intención es lo que cuenta. Y si no fuese suficiente jodida, he decidido empezar el año complicándome la vida en el blog… lo voy a confesar…

ODIO a El Corte Inglés… no odio a sus trabajadores, ni a sus accionistas, ni a la empresa en sí, ni su modelo de negocio, ni nada… no me da la cabeza para esas cosas… yo odio al putocortinglés como concepto… yo me subiría a su fachada y cambiaría el puto letrero verde y luminoso con unas bonitas letras en que se leyese El Puto Cortinglés. Convivir en el barrio con uno de sus centros y luchar con sus trabajadores y usuarios por una plaza de aparcamiento todas las Navidades, rebajas y fiestas de guardar (porque abren todas las putas fiestas de guardar que pueden) tendrá algo que ver… o no…

Ahora una facción tocapollista empezará a criticarme por rojo, antisistema y cabrón… que si no me gusta este país y sus empresas que me vaya a Cuba (que si hay que ir se va… a Venezuela no me apetece tanto)… no pasa nada… si manifestase mi amor a el putocortinglés sería un pepero, consumista y me soltarían lo de que no hay nadie más tonto que un obrero de derechas… como si yo para ser tonto necesitase ser obrero o de derechas (si hay que serlo se es… y lo soy… tonto, me refiero)… en mi particular teoría del bandismo (concepto desarrollado con maestría por mi amigo Randy) dentro del tocapollismo hay una corriente que el Ytumasísmo que hace que si defiendes o criticas algo, determinados elementos tocapollistas se abalancen sobre ti para hacerte ver que los tuyos (sin que tú sepas muy bien quiénes son los tuyos) son mucho peores… si identifican una intención de crítica hacia los (sus) valores tradicionales emplearán el NacionalYtumasismo y te hablan de tus amigos de Podemos, del sueldo del Coletas, populismo, la Carmena y lo sucio que está Madrid, los pisos de no se quién, los ERE’s y bla, bla, bla… que tu crítica va contra alguna pollada que incluya la palabra derechos de la ciudadanía emplearán el Ytumasismo-Leninismo… y te hablan de corrupción, puertas giratorias, Aznar y las Azores, te enteras que te gustan los toros, qué son los micromachismos, eres aficionado (sin saberlo) a la caza, vas de putas con tu padre desde los dieciseis y… ¡me la pela!… yo odio el putocortinglés y que si no quedas satisfecho te devuelvan tu dinero y que el cliente siempre tenga la razón y a la gente que va en coche al putocortinglés y ocupan las plazas de aparcamiento de mi barrio y eso que yo el coche lo saco una vez a la semana y que en Valladolid está todo cerca… ¡Mecagüeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeros! Al lío…

Esta, llamémosla, falta de amor al famoso centro comercial me debe venir desde muy joven, mi padre de un día para otro dejó de tenerles cariño, creo recordar que fue cuando empezaron a prohibirle fumar dentro… aunque él siempre le ofrecía un cigarro al dependiente antes de pagar la cuenta… el dependiente declinaba la invitación y le pedía amablemente que no fumara dentro, entonces mi padre le pedía un descuento e intentaba regatear el precio… siempre era igual, era una especie de ritual de apareamiento. Lo jodido es que mi padre odiaba aquel lugar pero según él tenía que ir porque “es el único sitio en que los pantalones me sientan bien” que en el idioma de mi padre es escribia así pero se leía “es el único sitio donde a tu madre le gusta que me compre ropa”… su pequeña y humilde venganza era pasar por la puerta a final de mes, hacer memoria y si no había comprado nada decir entre dientes: “Que se joda El Corte Inglés que este mes no me he comprado nada”.

A mí también me gusta hacerlo como un pequeño homenaje a él… e intento que a la Sra. Satanopoulas no le guste que me compre ropa allí… pero todavía caigo alguna vez, sin ir más lejos esta Navidad fui con mi hijo pequeño, Josemi. Bajamos a comprar unas cosas al supermercado y vi que habían abierto una pequeña cafetería de una famosa marca de sándwich originaria de Madrid.

– Mira papá… han abierto un bar… me podías invitar a merendar.

– ¿Pero a ti te gustan los sándwich de Rodilla?

– Puaaaaaaagh, no, están muy duros.

– …

– Como los de codo, prefiero un mixto o un vegetal.

Buen fin de semana, amigos. Que la Fuerza os acompañe siempre y en todo lugar.

Photo credit: leg0fenris 

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