Que le den mucho por nulo.

Por más que me pregunto
No encuentro la razón
Ay qué dolor, para dejarme así
Ay qué dolor, sin una explicación
Ay qué dolor, ay que dolooooooor…
Ay qué dolor. Los Chunguitos.

Hola, amigos, ¡qué jodida es la crisis!… y qué jodido es decidir quien va a ser el responsable único de nuestros males en los próximos cuatro años… no sé si estaremos eligiendo por encima de nuestras posibilidades, lo que sí sé es que unos cuantos están (estáis) dándome consejos por encima de mis y sus (vuestras) posibilidades.

Lo bueno es que a mí en lugar de decirme a quién tengo que votar, me dicen a quién no tengo que votar, he llegado a pensar que como me ven que soy un poco (mucho) gañán, no tengo puta idea de (casi) nada y tengo algunas ideas un poco (muy) raras, la gente no quiere que vote lo que ellos, por si voto mal y estropeo sus votos… un rollo Amananece que no es poco «¿para que me la leas mal y me la jodas? ¡Que te lo has creído! No será la primera novela que se estropea por leerla mal…»

Luego está la peña del ¿tú sabes a quién beneficia el voto nulo, el voto en blanco y la abstención? Porque no es lo mismo y además mi madre si no votas no tienes derecho a quejarte… al lío.

Si no votas no puedes quejarte… hace muchos años hice caso omiso a mi madre, no voté en las elecciones locales de El Pireo… días después jugando la final de la Copa Griega del año 99, el hijodelagranputa de Viacheslav Pablomotenko, un pequeño mediapunta zurdo y pelirrojo del Panathinaikos, me hizo una entrada del copón, a mí me dolió un poco, pero como no había votado, no me atreví a quejarme… al acabar el partido, después de celebrarlo por todo lo alto, acabar como un cruce entre Julio Alberto y Dani Güiza y al ver que el dolor persistía acudí al médico.

– Rotura de tibia y peroné, el menisco interno tocado y el externo hundido, Alfonsas… ¿cómo te has hecho esto?
– Te acuerdas de la entrada de Pablomotenko.
– Cómo no, fue una entrada tremenda… puto enano pelirrojo del diablo.
– Pues él me lo hizo.
-Pero si has seguido jugando, has celebrado el título cual hijo de Poli Diaz y Massiel
– Es que no voté, y dice mi madre que si no votas no puedes quejarte…
– Aaaaaaaacabaramos, normal… pero ¿tú sabes a quién beneficia el voto nulo, el voto en blanco y la abstención? Porque no es lo mismo.

A mí lo que me preocupa siempre que hay elecciones es que me llamen para ser mesa, tiene que ser muy incomodo estar haciendo de mesa todo el día, ¡vamos no me jodas! Todo la jornada a cuatro patas, qué dolor de rodillas, se te tienen que cargar los hombros… y con la urna encima… y en tu barrio que te ve todo el mundo… por sesenta pavos… que lo mismo eliges mal pantalón y gayumbo y se te acaba viendo la hucha… y la gente duda donde meter el voto al ver dos ranuras, la de la urna y la de tu culo… A una amiga mía le ha tocado ser suplente de primer vocal, hacer de a (que es primer vocal, hasta ahí llego) durante tantas horas debe ser jodido… por eso ha enviado un burofax a la Junta Electoral solicitando, si la a no comparece, poder hacer de ce, porque ella ha sido muy de Angus Young toda la vida…

Hacer de mesa tiene que ser jodido, hacer de vocal también… ¿y de urna? De urna no hace nadie porque quien más quien menos tiene su lado oscuro, no hay nadie totalmente transparente, por eso utilizan cajas de metacrilato… ¡coño! Un pensamiento cuasifilosófico… perdón, me he equivocado, no se volverá a repetir…

Volviendo al tema de que te toque hacer de mesa, os voy a contar un sueño recurrente que tengo:

Salgo de trabajar y llueva o nieve, haga frío o calor, sea de noche o de día, frente a la puerta de mi trabajo hay dos tipos de traje, a cuatro patas, culo con culo… según me acerco, uno de ellos me resulta conocido… me acerco más y es Matías Prats, que en ese momento me mira fijamente, me sonríe y me dice: ¡Queremos ser tu banco!

Yo acepto, ¿quién no ha soñado que Matías sea su banco? Yo quiero que sea mi banco y quiero hacer uso de él, pero el que está con Matías desaparece según me voy a sentar y yo me pego una hostia de órdago… empiezo a sangrar, Matías se incorpora, una señora, que se parece a Teresa Rabal, aparece de la nada y me dice: Te pongo de pie, no te vuelvo a sentar… madredelamorhermoso, qué golpazo y qué brecha… ahí te van a tener que dar lo menos quince puntos. Y sí, Matías se acerca con ojos lascivos y voz susurrante y me dice: ¿Quince puntos? ¡Permíteme que insista!

Entonces yo me levanto, la sangre chorrea por mi cara y empiezo a correr, tengo la agobiante sensación de que no avanzo, miro mis pies y llevo las zapatillas de cuadros de estar en casa y además voy en pelotas, sigo intentando correr, huir desesperadamente, pero Matías me alcanza y me dice:

– ¿Tú sabes a quién beneficia el voto nulo, el voto en blanco y la abstención? Por que no es lo mismo?

¿Sabéis lo que hago yo?… me despierto y no me quejo, porque no pienso votar no sea que lo haga mal y os joda vuestros votos y sí ya sé que no tengo derecho a quejarme.

Buen fin de semana, amigos. Que la fuerza os acompañe.

Photo credit: Maia Weinstock.

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