A las 12:51 horas de un martes no solía acercarse por el bar y, mucho menos, decir:
– Ponme un emegé con tónica Schweppes, mucho hielo y un twist de limón… y tira la tónica despacito pero no lo la eches resbalando por la cucharilla que van a pensar mal de nosotros…
– Pronto para empezar, amigo.
– Siempre es pronto y nunca es tarde, amigo bartender, es un día duro… pero te voy a decir una cosa: llega un momento en la vida en que tienes que echar dos cojones, lo que tú no hagas, nadie lo va a hacer por ti, tienes que mirar a los ojos al toro que te tocó lidiar, agarrar el mástil de la bandera y plantar los pies bien fuerte, no pasarán y del barco de Chanquete no nos moverán, decir «si» o decir «no» sin ningún miedo a las funestas consecuencias de la decisión tomada… tú sabes que hagas lo que hagas la has cagado… eso es así… pero un emegé con tónica Schweppes, mucho hielo y un twist de limón, con la burbuja de tu tónica tratada con respeto, sin perder ese maravilloso carbónico en absurdos malabarismos contra el cristalino hielo, ayuda a tragar esa tragedia que has mascado pero que se te ha hecho bola y no puedes digerir… joder, amigo bartender… que mi madre me ha pedido amistad en Facebook.
– Dioooooooooooooooos, lo siento tío, ¿te pongo otra?
– Venga.
Buena semana amigos, que la fuerza os acompañe.
Foto Credit: Yo mismo, ¿pasa algo?