En el nombre del hijo (I)

Esta entrada la escribí originalmente en mi facebook el 12 de julio de 2013, se la dediqué a Iago el hijo de mis amigos Tania y Rubén. Está dividido en dos partes porque quedó un pelín largo, por lo demás está practicamente igual no he querido actualizarlo para que no pierda la esencia… o algo así.

Hola amigos, ¡qué jodida es la crisis!… ¡pasan tantas cosas a mi alrededor!, todas las semanas me encuentro con dos o tres colegas que me cuentan sucedidos inquietantes, las voces de mi cabeza cuentan cosas, la niña de la curva, las viejas en el bus… que al final me dice mi amiga Cani que me acelero, y es verdad, me dejo cosas en el tintero, las historias se ramifican… y la prometo una historia minimalista, así que he decidido que los lunes me entregaré al minimalismo y, si las voces de mi cabeza colaboran, os dejare un #microrelatopoulas todos los “putoslunes”, «sus» invito a leerlos¹.

Y de vez en cuando la cosa se alegra, sin ir más lejos el otro día nació Iago (tened en cuenta que el post es de julio de 2013), el hijo de mis buenos amigos Rubén y Tania . El tío se ha adelantado un poco al día previsto del nacimiento, yo en el tema de la duración del embarazo me acuerdo de Hovik (uno de los más grandes, en todos los sentidos) que dice que él tardó tanto en salir del útero de su madre que tuvieron que ir los GEOS a sacarle, y cuando ya estaban a punto de entrar por él, salió por su propio pie, se afeitó, dio un beso a su madre y se fue a currar… a lo nuestro.

– ¿Iago?- me dice mi señora- ¿no será Yago?

– No, es Iago… es la forma astur-leonesa o gallega de Iacobus o Iacob, procedente del hebreo Ya’akov, que venía a significar «el segundo de dos gemelos» variante de Jabob, Jacobo, Jaime, Yago, Santiago… o algo «asín».

– Joer, lo que sabes de nombres… Alfonsas.

– Exactamente lo mismo que «la interné», reina.

Y en estas estábamos cuando nos encontramos con un colega que trabaja en el Registro Civil y hablando del tema de los nombres nos comenta que desde que se cambió el marco normativo el tema de los nombres de los recién nacidos da para escribir varios libros…lo mismo a mí me dará para escribir un post… al lío.

– Cuenta, cuenta… le decimos la señora Satanopoulas y yo al unísono.

– No se por donde empezar, a la gente se le va la pinza – comenta el colega, del que sí recuerdo el nombre pero por temas de LOPD (lo buscáis en la wikipedia) no puedo desvelar la identidad – por ejemplo, poner nombres de otros idiomas… el otro día me dice una tía que quiere llamar a la niña Escarcha…

– ¿Qué dices tío?.

– Sí, que dice que Escarcha es Rocío en vasco (esto a los pisuergueros nos lo aclaró Richar hace muchos años).

– Ya te digo…

– Y la pareja que quería llamar a su hija Chispea, nosotros pensando que era una diosa griega o una constelación y resulta que es que la engendraron sin penetración que fue en los mete-sacas preliminares… ya sabes la frase «antes de llover, Chispea»…

– No me jodas…

– De esas de parejas con rollos raros hay unas cuantas, hay un niño que se llama Twizy porque lo engendraron en un coche de ese modelo (la madre era contorsionista y el padre se debió quedar fuera del coche, porque si no…), Angus Camelin que era el nombre de Macgyver ya que la madre tenía hecha una ligadura de trompas y el padre la vasectomía y aún así se quedaron “pa’lante”, otro que se llama Mozo porque la madre estuvo en los sanfermines y se cepillo a tantos que de lo único que está segura es que el padre era un mozo, un padre que es tan malo para acordarse de los nombres que han puesto al bebe Niño para no liarse… ¡hostias y está la del nombre romano!

– Eiiiin.

– Llega una pareja y nos dice que va a poner a la niña Pena Máxima, nosotros les decimos ¿un homenaje a la Antigua Roma? y el padre nos contesta:
«Qué va, es que dejé embarazada a esta y dijimos, si es niño Penalti y si es niña… pues eso» y se descojonaba el tío.

– No me lo puedo creer…