Escrito originariamente el 2 de agosto de 2013, víspera de la boda de mi amigo Sergio. ¿Y la boda qué tal?, de puta madre, daría para varios post… pero no es momento ni lugar… algún día os contaré lo que ocurre cuando suena la Barbacoa y la Sra. Satanopoulas y un grupo de amiguetes andan cerca…pero eso será algún día. Por aquella época hubo un grave accidente ferroviario, el tiempo estaba revuelto, la gente tomaba gintonics… Ahí queda eso.

Hola amigos, ¡qué jodida es la crisis!… aquí seguimos entre expertos en medidas de seguridad en trenes, peña que te pone unos gin-tonics que tienes que pedir cubiertos para acabártelos, gente que antes de decirte un hola ya te ha dado el parte del tiempo,con su máximas y mínimas, humedad relativa, porcentaje de posibilidades de lluvia y valores de polen estimados… Esta semana estoy contento, deseando que llegue el sábado, que se nos casan los jóvenes Sergio y Cristina.

Yo con mis muchos menos de 26 y mis 42 años ya he ido a unas cuantas bodas… por la iglesia, por lo civil e incluso, y viendo a los elementos que se casaban y los invitados, por lo criminal. Hoy el cuerpo me pide contaros unas historias de bodas… en primera persona, con dos cojones… al lío.

Hoy quiero confesar que estoy enamoradaaaaa… (¡¡quieto, Alfonsas!!, perdón amigos pero la recopilación de la Pantoja que tengo en el Spotify me puede), hoy debo confesar que por mi mala cabeza, me he tenido que pillar traje nuevo… ya lo tengo en casa, y Miguel Marinas Zaloña tan contento… ¿por qué traje nuevo? por que en la anterior boda y como demostración de que estoy ágil, al hacer un » fotojumping» reventé el pantalón del traje que llevaba… no hablamos de un rotito, hablamos de un desgarrón de dos cuartas… una amiga quería coserlo, la Sra. Satanopoulas me quería matar, los amigotes querían que me levantase para verme-tocarme los huevos… al final me fui a casa, me plante unos vaqueros con el resto del traje y cual «Loquillo» aparecí en la barra libre, elegante a la par que discreto… pero mi señora me ha dicho que en esta no puedo hacer el numerito de «Loquillo» o no va(mos)… lástima… el único consuelo es que demostré que estoy ágil… agilipollado.

Como os contaba he estado en un buen puñado de bodas, mi amiga Sara se casó en la Riviera Maya… A-C-O-J-O-N-A-N-T-E, una experiencia inolvidable… un único aviso, si en México os invitan a un cenote, merendad fuerte… que yo acepté la invitación y ni cena ni pollas… fuimos a un agujero en mitad del campo con una charca dentro.

Un antiguo compañero de trabajo, tuvo la feliz idea de casarse en el Circulo Polar Ártico, hasta la puta noruega nos tuvimos que ir… total, porque su mujer era de allí… hija de puta, ¿si llega a ser de Teruel también hubiésemos tenido que ir hasta allí? lo dudo… No sabéis lo incomodo que es llevar un chaqué encima del plumas… ni puta idea de lo que es eso…

Bueno el caso es que allí veo a unos niños pequeños, todo trajeados…

– ¡Qué guapos tus sobrinos! y con esos trajecitos… ¿llevarán las llevar las arras?…

– ¿Qué sobrinos? -y en ese momento se dan la vuelta «los niños» y cada uno tenía un pescado entero en el pico… ¡joder, que eran pingüinos!

– Ninguno tío, que no me entero, por cierto, no sabía yo que los leones marinos se acercaban tanto a las personas…

– Son mi suegra y mis cuñadas, con sus abrigos ceremoniales – me dice mi colega.

– Joder, pues les quedan de puta madre las caretas.

– ¿Qué caretas?

– ¡Ostias que pasada, un armario Godmorgon, con un lavabo Bavriken y su grifo Rörskär!.

– No jodas, ¿dónde?

Y aprovechando la confusión generada en mi amigo y el extenso conocimiento del catalogo de IKEA que provocó una etapa estreñida de mi vida, me escabullí entre los invitados, me senté junto a un tipo mayor, con pelo largo, un casquete de lobatos (si no eres scout, que te explique uno), chaqueta, camisa y corbata y unos pantalones cortos…

– ¿Qué cojones pinto yo aquí? – dije suspirando – Alfonso Satanopoulas, encantado de conocerle amigo.

– Angus Young… encantado, y eso digo yo, ¿qué cojones pinto yo aquí?, me piden que toque el Highway to Hell cuando entre la novia en la “iglúesia” y con este puto frío se me han caído las yemas de tres dedos… Por cierto ¿tú no jugabas en el Olimpiakos?…

Me quedé sin habla, yo sentado al lado del guitarrista de AC/DC y me conocía… me quité la chaqueta y le arropé las piernas… ¿Qué podía hacer?

He tenido el honor de ser testigo en bodas, de los que firma y de los que engañan al cura en los papeles previos…¡aaaangelitos! ¿que si han convivido antes?, ¿que si son buenos cristianos?, ¿que si son puros?… ¡a ti te lo voy yo a contar!… en la boda de unos amigos leí y todo… y me gustó la experiencia, estuve nervioso todo el rato… ¿y si jodo la boda?, ¿y si no me sale la voz?… subidón de adrenalina, dioooooooooooos, así que el lunes llamo a Sergio y le digo:

– Sergio tío, me gustaría mucho leer en tu boda.

– No sé… Cristina se ha encargado de todo…

– Joder tío, que me hace muchísima ilusión, me gustaría tanto leer…

– Bueno, yo hablo con Cris y te digo algo. El miércoles quedamos en el Nuberu y te cuento. ¿Qué te gustaría leer?

– Cualquier cosa amigo, cualquier cosa…Gracias, tío.

Ayer, hecho un manojo de nervios, nos encontramos en el Nuberu y me dice el Sergio:

– Alfonsas tío, que hemos decidido que puedes leer.

– ¡Cojonudo tío!, ¡Qué ilusión!… buaaaaah, cuando se lo diga a mi señora… ¿Me traes algo preparado o lo tengo que escribir yo?.

– Mira tío, te lo traigo preparado – y sacando un tocho de libro, que resultó ser un antiguo ejemplar de El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha, me dice – te vas a leer en misa del capitulo 1 al 3 si te da tiempo, pero escóndete bien detrás de una columna que el cura es amigo de Cristina y si te ve va a montar un pollo de tres pares de cojones…

Buen fin de semana y que la fuerza os acompañe.

Photo Credit: Johnson Cameraface