Hola amigos, ¡qué jodida es la crisis!… os escribo un sucedido y se levantan voces cuestionando la veracidad de la historia… bien dicen los omniscientes tertulianos de la radio que esta crisis no sólo es económica, sino moral y de confianza. ¿Cuándo me he dejado yo llevar por la fantasía? ¡¡cabrones!!.
Me veo en la obligación de daros más detalles de mis andanzas como Donante de Semen, bien sabe Dios (e incluso el diablo) que esto iba a quedar entre mi anónimo amigo y yo, pero os iré dando detalles de todo, poco a poco para no aburrir. Al lío…
Cuando entro en el «blanquito y aséptico local» una joven detrás de un mostrador, y una vez mi compañero le indica que soy nuevo en esta plaza (¡así lo dice el muy cabrón!, los símiles taurinos deberían estar prohibidos en estos lugares), me comenta mirándome fijamente:

– Sólo puede donar gente con menos de 26.
– Señorita, me queda mucho para llegar a esa cifra, no se preocupe – contesto yo con una sorpresa mayúscula, ¿qué me habrá visto para pensar que tengo más?
– Permítame el D.N.I. – me dice, y yo, obediente, se lo entrego – ¡Pero usted tiene 41 años! ¿Cómo pretendía engañarme?
– Pues claro que tengo 41 años, mujer, pero estoy muy lejos de los 26 centímetros requeridos.
Buen fin de semana amigos, que la fuerza os acompañe.
PD. Ya otro día os cuento la moraleja, que hoy no se me ocurre ni la de esta historia ni la de la semana pasada.
Publicada originalmente el 17 de mayo de 2013 y ante las voces que se levantaban dudando de la veracidad contada en el «capítulo anterior» se hizo necesario aclarar un par de puntos… y así…
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