Otro martes de febrero a las 23:45 horas, como todos los martes desde que se vieron por primera vez, Luis Mariano se arrodilla en plena calle a su paso.
– VROOOOOOOOOOM! PSCHHHHHH! GLORPGLORPGLORPBURP! PSCHHHHHHHHHHHH! VROOOOOOM!
– ¿Qué es VROOOOOOOOOOM! PSCHHHHHH! GLORPGLORPGLORPBURP! SCHHHHHHHHHHHH! VROOOOOOM! ? dices mientras clavas la luz de tus faros halógenos en mi pupila azul.
¿Qué es VROOOOOOOOOOM! PSCHHHHHH! GLORPGLORPGLORPBURP! PSCHHHHHHHHHHHH! VROOOOOOM! ? ¿Y tú me lo preguntas?
VROOOOOOOOOOM! PSCHHHHHH! GLORPGLORPGLORPBURP! PSCHHHHHHHHHHHH! VROOOOOOM! … eres tú – responde Luis Mariano, enardecido.
– A ver, barbitas, todos los putos martes igual, o le apartas tú o esta vez sí que me lo llevo por delante, que hace un frío de cojones y llevamos retraso – grita el conductor.
– Luis Mariano, deja de meterle fichas al camión de la basura y vamos para casa… que me tenéis hasta la polla el camión de basura y tú, tú y el camión de la basura … y nos vamos.
Inspirado en la cuenta de twitter @losbasureros (tremenda cuenta)… bueno y en Gustavo Adolfo Becquer un poco, en versión libre, también es cierto.
Photo Credit: Mikael Persson