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El Día de la Mar Mota.

el día de la Mar Mota

En mi pueblo, Pineda del Talle, hay una tradición que conoce muy poca gente… de hecho sólo la conocemos tres personas… cada 2 de febrero mi vecina Mar Mota Collantes se levanta de la cama muy temprano, y no precisamente para ayudar a su pobre mamá, se despoja de la camiseta de su esquijama y abre de par en par la ventana de su cuarto, que está orientada al norte, y si se la ponen los pezones como para colgar toallas de playa empapadas, que en pleno Valle del Gayola es siempre, se vuelve a la cama, da dos codazos a David Murray de Jesús, su esposo, y le dice:

– David Murray, no sé si este invierno va a durar otras seis semanas o va a terminar en breve, pero hoy me vas a poner el coño como un frigorífico combi no frost… lleno de carne, huevos y leche.

– Tengo la extraña sensación de que esto ya lo he vivido… pero ya lo pensaré en otro momento, que no seré quien rompa este momento tan mágico… al lío.

Y así está el tema. Que la Fuerza os acompañe siempre y en todo lugar.

Photo Credit: Kennymatic

Mal de hartura.

Este relato obtuvo el Segundo puesto en el
I Concurso de Relatos Cortos del Club de Montaña Ojanco.

 

Sé lo que tengo que hacer para conseguir
que tú estes loco por mí.
Escuela de calor. Radio Futura.

Alrededor de las montañas gira mucha literatura, historias, mitos, leyendas, anécdotas, estremecedores relatos de entrega, esfuerzo y superación; finales felices y trágicos; fantasmas televisivos y héroes anónimos… yo conozco poco la montaña, pero conozco a uno de esos héroes anónimos que se enfrentó a sus propios límites para hacer y guardar para siempre en su corazón aquel momento… yo conozco a Imanol F. Arias. Seguir leyendo Mal de hartura.

Sexo, chocolate y un Erasmus de la Baja Silesia.

Desde entonces en verano
nunca pido ensaladilla
ni antes de dos horas de digestión
me tiro al mar
he dejado de abusar
del tabaco, del café,
del tinto y del prozac,
pura Felicidad.
Felicidad. La Cabra Mecánica.

A veces no sabemos dónde empieza un problema y dónde empieza la solución, lo que yo sí sé es que el chocolate nunca es un problema y las más de las veces es la solución… no pensó eso durante un tiempo el joven Stanislaos Porlaniev, un joven estudiante polaco que, procedente una pequeña granja de la Baja Silesia, llegó a Valladolid con una beca Erasmus hace unos años, aunque finalmente se dio cuenta de que sí, el chocolate era la solución de sus problemas. Seguir leyendo Sexo, chocolate y un Erasmus de la Baja Silesia.

Microrelatopoulas primaveral y poético de cuando quieres puedes.

– María Elvira, es llegar la primavera y entrarme ganas de pegarte dos pollazos en cuanto te veo.

– ¡Qué burro eres Mariano!, ¿donde quedó el romanticismo y la poesía?, ¡ya no me quieres!

– Venga que lo intento otra vez, es llegar la primavera y entrarme ganas de pegarte dos pollazos en un campo de amapolas y margaritas y que nuestros berridos de placer se mezclen con el dulce trinar de los pajarillos, en cuanto te veo.

– ¿Ves como cuándo quieres puedes, Mariano?, tira pa’l campo ese ¡poeta!

Feliz primavera amigos, que la fuerza de la poesía os acompañe… y tal.

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Photo Credit: Nuwandalice

Hacienda semen todos (yII). A grandes males, que reme Dios.

Va a subir la marea,
y se lo va a llevar todo,
no veas si noto la fuerza,
yo creo que soy un toro. 
Decidí. Extremoduro.

Toda historia tiene un principio y un final… si quieres conocer el principio de esta pincha AQUÍ… avisado estás.

Ese mismo día cenando comentó como quién no quiere la cosa… Seguir leyendo Hacienda semen todos (yII). A grandes males, que reme Dios.

Hacienda semen todos (I). El amigo comodín.

Me regaló una herida,
cierra de noche,
abre de día;
- no sufras Prometeo -
me dice siempre que la veo.
Me revuelco por el suelo
me revienta la polla
de pensar en ti:
me desangro y 
riego tu jardín.
Prometeo. Extremoduro.

Hola, amigos, ¡qué jodida es la vida!… un día vi en un programa de Jordi Évole sobre un país nórdico, o quizá no lo vi y me lo estoy inventando, que en ese país (de cuyo nombre no puedo acordarme… el alcohol, las drogas, el estrés, la medicación, la falta de sueño y los golpes en la cabeza contra la pila bautismal cuando eres un bebé, es lo que tienen) masturbar a un manco es considerado corrida benéfica y por tanto desgrava a la hora de tributar. Seguir leyendo Hacienda semen todos (I). El amigo comodín.

Amor, al revés no se escribe Roma, se escribe separado, con v y tilde en la segunda e.

Cinco relatos de amor (o casi) para San Valentín… y uno de propina.

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Basker. Poco ladrador, menos mordedor y futuro emprendedor.

Tu padre no lo dice, pero me mira mal.
¿Quién es el chico tan raro con el que vas?
Cuando yo estoy delante me trata muy normal
y a solas te imagina un novio más formal.
El ritmo del garaje. Loquillo y Trogloditas.

Hola, amigos, ¡qué jodida es la crisis!… jodida, pero que muy jodida, pero hoy quiero contaros una historia de amor, de sueños cumplidos, de superación personal, de ruptura de barreras, de… deeee… deeeee… y yo qué pollas sé de qué, me ha salido esto y… al lío.

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Que la Scénic es mía y le cambio las bombillas cuando quiero.

Siete vidas tengo que cumplir
aguantaré hasta sentir
que este misterio
lo comparto junto a ti.
Uy, uy, uy, mi gato hace uy, uy, uy,
uy, uy, uy, mi gato hace ay, ay, ay, ay,
Rosario Flores.

Hola, amigos, ¡qué jodida es la crisis!… las crisis de pareja son jodidas también, y cambiar una bombilla de una faro de la Scénic más jodido todavía y si combinas pareja y bombillas de Scénic más aún…

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Message in a bottle.

Esta mañana salí a caminar,
no me creía lo que veía,
cien mil millones de botellas
arrastradas por la corriente hasta la orilla…
parece que no estoy solo en esto de estar solo.

Message in a bottle – The Police

Hola amigos, ¡qué jodida es la crisis!… no tiene nada que ver, pero hoy me he acordado de cuando, antes de ser donante “profesional”, paseaba con mis cachorros y alguna amiga-conocida-vetetúasaberqué nos decía a la Sra. Satanopoulas y a mí: Hay que ver qué guapos, qué ricos, qué bien hacéis los niños. Y yo contestaba: Si quieres te hago uno… La Sra. Satanopoulas no esperaba ni la respuesta, me cogía del brazo apretando mucho y con cara de perro (guapo, pero perro) me sacaba de allí.

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