Hola amigos, ¡qué jodida es la crisis!… es tan jodida que no nos da tiempo a preguntarnos sobre las cosas importantes de la vida… ¿cuándo Dios creó el mundo tenía Youtube? Yo creo que sí, pero lo creó en ocho días, el primero creó Youtube y buscó tutoriales sobre creación, no encontró nada y por la tarde, consciente de su error, creo a los sudamericanos; al día siguiente tenía petado Youtube de tutoriales de como crear la luz, separar cielos y tierras, fofuchas con barro y costillas y bla, bla, bla…
Me imagino cuando Jesús dijo lo de Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado? Dios no se coscó hasta los tres días y salió del lío como pudo…
– Hijo, entiéndelo, es que estaba liado en Youtube aprendiendo a hacer la fofucha de Barrabás.
– ¿Qué cojones me estás contando, papá?
– Entiéndelo la gente te quería más él que a ti… sube y siéntate aquí a mi diestra a ver este tutorial de hacerse selfies con sábanas…
Al lío.
Las relaciones padre – hijo son complicadas, yo creo que uno de los secretos es la sinceridad, aunque a veces haya que maquillar la verdad… Vas por la carretera de Palencia y te dice uno de tus hijos:
– ¿Qué es eso, papá? – refiriéndose a un garito con el aparcamiento lleno de coches.
– Un taller, Joserra.
– Pero tiene un cartel verde fosforito y no pone taller, pone CLUB.
– Aaaaaaah, será un Gastroclub de carretera.
– ¿Un qué?
– Un restaurante de carretera, pero moderno, y todos esos coches están ahí porque se come muy bien.
– El papá de Ángel Luis dice que donde se come bien es donde aparcan muchos camiones. Y su papá también dice que sabe mucho más que tú de todo.
– Ya, y que le ha costado menos aprenderlo… ¿tú sabes que la abuelita de Ángel Luis trabaja en un gastroclub como ese?
Yo pensé el concepto gastroclub de carretera me lo había inventado ese día, pero hace poco me llama mi amigo Brian, el enólogo, para invitarme a conocer el nuevo garito de Ángel Melón, “El Chef del Bar”, un cocinero que une la tradición gastronómica y las más vanguardistas tendencias con pasarse más tiempo en el bar bebiendo Larioscola (en vaso de tubo, sin hielo y que solo quepa media Coca Cola) que en la cocina.
Junto a una antigua carretera nacional, ahora semiabandonada en beneficio de la Autovía de Castilla, en medio de la nada, en una edificación granate de una planta, con un decrépito neón fucsia (o puede que sólo fuera vintage) con forma de labios que intermitentemente anuncia Gastroclub KisseS, un aparcamiento atestado de camiones, tractores, coches, motos, tres bicicletas y hasta un monociclo… Ángel Melón nos recibe a la puerta.
– Bienvenidos a mi nuevo proyecto, un sincero homenaje a mi padre – nos cuenta – la persona marcó mi vida, él me hizo lo que soy y yo quiero honrar su memoria con este local… Su lema era Bien comido, bien “cagao y bien follao, lo mejor que se ha inventao… y en eso estamos… ja, ja, ja…
Nos sentó en la que, según él, era su mejor mesa, nos abrió un mágnum del vino de la casa, elaboración del mismísimo Chef del Bar, con el sorprendente (o no) nombre de Pago por sexo, lo decantó y nos pidió que dejásemos abrirse el vino (¡cojones, si ya lo había abierto él)… al rato aparece con un plato… aromas familiares, pero extraños…
– Empezamos con Tardes estivales de domingo sin fútbol… unas Almejas Chilenas confitadas a baja temperatura con Varon Dandy y sudor de choto avileño, sobre raviolis de ambientador de pino y cabezas chupadas de langostino, al humo de Faria y solysombra… Un homenaje a mi padre, los sabores y olores de las tardes de verano de mi adolescencia, cuando venía con él a este puticlub los domingos porque no había fútbol… ¡qué tiempos!
Nos quedamos mirándole con una cara entre la sorpresa y el asco, sin poder articular palabra.
– ¿Qué pasa que vuestros padres no os llevaban a putas? No me digáis que sois maricas… no si igual ni os gusta el fútbol… madre mía, qué gente…
– Cata ese vinito a ver qué se cuenta, Brian. – dije, intentando cambiar de tema.
– A ver… tiene color de dos Espidifen 600 y tres vasos de agua antes de acostarse… es generoso en nariz, aromas primarios de caña con gas y pincho de tortilla para almorzar… en boca trae esencias de Almagato 500 en suspensión oral y un retrogusto a siesta en el sofá viendo Le Tour…
– ¿Cabe la posibilidad de que en nariz se aprecien aromas secundarios, incluso terciarios, de paseo en bañador y chanclas a última hora de la tarde hasta el McDonald’s para coger unos japimils? – apunté.
– Sutil, pero inequívocamente…
– Vamos que nos vamos a coger un pedo de puta madre.
– Será la única manera de aguantar a este puto baboso y su mierda de comida… por cierto, ¿esa camarera no es la abuela del amiguito de tu hijo?
– Inequívocamente…
Buen fin de semana, amigos. Que la fuerza os acompañe.
Photo Credit: Martin Börjesson