Hacienda semen todos (I). El amigo comodín.

Me regaló una herida,
cierra de noche,
abre de día;
- no sufras Prometeo -
me dice siempre que la veo.
Me revuelco por el suelo
me revienta la polla
de pensar en ti:
me desangro y 
riego tu jardín.
Prometeo. Extremoduro.

Hola, amigos, ¡qué jodida es la vida!… un día vi en un programa de Jordi Évole sobre un país nórdico, o quizá no lo vi y me lo estoy inventando, que en ese país (de cuyo nombre no puedo acordarme… el alcohol, las drogas, el estrés, la medicación, la falta de sueño y los golpes en la cabeza contra la pila bautismal cuando eres un bebé, es lo que tienen) masturbar a un manco es considerado corrida benéfica y por tanto desgrava a la hora de tributar.

A ver, que no lo digo yo, que se lo dijo un tío con nombre de mueble de IKEA a Jordi… o no, os vuelvo a repetir que puede que no fuese exactamente así… pero a mí me gustaría pensar que es cierto, soy un optimista… al lío.

Quizá una conversación de barra de bar sobre este tema, quizá que el protagonista de la historia vio el programa aquel día (si alguna vez se emitió), quizá que la necesidad aguza el ingenio… nunca lo sabremos, pero algo desató los escalofriantes acontecimientos que a continuación relato.

Esta es la historia de Agustín Tirado y Angustias Fuertes, pareja de hecho y residentes en Valladolid… al lío.

Agustín Tirado es funcionario y liberado sindical, ese no era su objetivo en la vida pues él siempre quiso tener un trabajo en el que se pudiese tocar los huevos a gusto… por el motivo que veremos más adelante no pudo cumplir su sueño que no era otro que ser Probador y modelo fotográfico de mallas de correr, bañadores turbopollas y gayumbos tipo slip y/o boxer… y, como de algo hay que vivir, se decantó por una vía que le atraía bastante.

No tiene nada que ver, pero os contaré una anécdota sobre Agustín. Cuando llaman por teléfono para venderle algo y preguntan:

– ¿Agustín Tirado se encuentra en casa?

– En la gloria puta, que en brazos mejor estoy, joven padawan – contesta él recostado en el sofá, con una cerveza en la mano derecha, el móvil sujeto entre la oreja y el hombro derechos y la izquierda metida en el paquete sujetándose los huevos, no tengan la tentación de marcharse a comprar tabaco.

Nuestro héroe está unido sentimentalmente a Angustias Fuertes que, como se encarga de recalcar a la mínima oportunidad, es autónoma… nunca hemos sabido a qué se dedica, sólo que es autónoma y que esa vida es la más dura e ingrata del mundo… ¿¡qué del mundo!?  de todo el putísimo universo.

No puedo, es que soy autónoma… Yo nunca he ido, como soy autónoma… ¡Cómo vivís hideputas!, cómo no sois autónomos como yo…. Hoy estoy muerta, como soy autónoma… No siéntese usted, que yo soy autónoma y estamos los autónomos como para sentarnos… Cómo le sienta el vestido a la zorra de mi prima, claro, como no es autónoma se puede cuidar y salir a comprar ropa… y así… Puuuuuf es la primera vez que me siento en todo el día, es que soy autónoma…

¿Qué vieron el uno en el otro?… él a la mujer de sus sueños… ella, poco… como es autónoma no tuvo tiempo ni de fijarse en él, era semana de cerrar trimestre y no estaba la cosa para mirar mucho… y ahí siguen después de 13 años…

Ahí siguen, pero malamente… entre los planes de Angustias no está algo importante para Agustín: mantener una relación sexual sana y, a poder ser, fluida… aunque con la abstinencia, Agustín se teme que si algún día lo logra, aquello va a salir en todos los estados menos fluido… La cosa está jodida, porque ella no tiene tiempo ni ganas nunca y a él lleva tiempo amenazándolo silenciosamente (sí amigos, mis lectores habituales lo intuíais) la temida Muerte Blanca.

Podríamos insistir en el concepto de las trazas de semen en sangre o en la hinchazón desmedida de sus testículos (lo que le apartó de su soñada carrera de probador y modelo de prendas masculinas), el punto culminante fue una visita al oftalmólogo.

– Veo que viene porque tiene una infección en el lacrimal del ojo derecho.

– ¿Ein?

– Sí, ya veo que lo tiene lleno de pus…

– Aaaaah, no, no se preocupe, no es pus… vengo por el tema de las cataratas… me miro en el espejo y veo que tengo una especie de cortinilla blanca… y cada vez veo menos.

El médico le realiza una serie de pruebas y…

– Es lo que me temía, tendría que haberlo deducido nada más ver su lacrimal… usted no tiene cataratas… la amenaza silenciosa de la Muerte Blanca ha alcanzado su cota más alta… tiene usted la aguja de caldito del amor por todo lo alto.

– ¿Y qué puedo hacer doctor?

– Hombre, la solución es rápida y sencilla, con dos o cuatro manuelas lo tiene usted arreglado, al menos para ir tirando…

– Lo pensaré.

Pero no, nuestro héroe no se lo pensó, él no es partidario del amor propio, aunque bien lo sabe por que su amigo Óscar del Peso, famoso bodeguero de la región, se lo ha dicho en innumerables ocasiones: ese último toque, como tú no te lo sabe dar nadie… no te engañes… nadie conoce su cuerpo y los tempos como uno mismo. Masturbarse supone un esfuerzo que él no está dispuesto a asumir, pagar por sexo tampoco… no es que sea un tipo especialmente fiel, es que los clubs… ¡están muuuu lejos!. Pero viendo que eran mediados de enero, se acordó de Jordi, del rubio con nombre de armario, de su puta madre y decidió pasar a la acción.

Si quieres saber cómo Agustín Tirado dio esquinazo a la silenciosa pero pertinaz Muerte Blanca… pincha AQUÍ.

Si te la trae muy floja… Buen fin de semana, amigo, que la Fuerza te acompañe siempre y en todo lugar.

Photo credit: Charles & Adrienne Esseltine

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