Archivo de la etiqueta: Historias Oníricas

El-cementerio-de-las-pajas-olvidadas

El Cementerio de las Pajas Olvidadas

Bum bum ah ah sí aaah
Bum bum ah ah sí aaah
Sabes las coordenadas
Solo tienes que apretar.
Arde pequeña arde. Delafé.

Hola, amigos (y amigas), ¡qué jodida es la vida!… hace poco me preguntaba un colega que por qué tenía tan abandonado el blog, no sé, contesté, no tengo tiempo, creo que tengo algunas buenas historias pero no acabo de centrarme y sacar un ratoNo lo dejes, tío, si te gusta escribir no lo dejes¿Sabes qué pasa?, yo creo que se me está olvidando escribirEso es imposible, eso es como montar en bicicleta… una vez que aprendes nunca se te olvida… Seguir leyendo El Cementerio de las Pajas Olvidadas

Sé lo que me hicisteis en la última endoscopia.

Por arriba, por abajo,

calentitos, bien pegados .

Por arriba, por abajo…

Por arriba, por abajo. Ricky Martin.

Hola, amigos, ¡qué jodida es la crisis!… qué jodidos son los martes y trece, si pasas por la calle, ves una escalera en la que está subida una rubia teñida y sin depilar y pasas por debajo, ¿dará doble mala suerte? Yo digo que sí, porque además de pasar por debajo de una escalera es probable que si miras hacia arriba veas que también te estás cruzando con un gato negro… Seguir leyendo Sé lo que me hicisteis en la última endoscopia.

La terrible, horrible y apocalíptica falta de sueño de una noche de verano.

Hola amigos, ¡qué jodida es la crisis!… qué necesidad hay, joder, ¿qué necesidad hay?, qué exceso de información… te acuestas una noche, el calor te impide dormir, recuerdas que alguien mencionó el sacotanga, te metes en guguel imágenes… Seguir leyendo La terrible, horrible y apocalíptica falta de sueño de una noche de verano.

Doy mil vueltas en mi cama, sólo pienso en pis.

Hola amigos, ¡qué jodida es la crisis!… es tan jodida que no nos podemos parar a pensar en las cosas importantes de la vida… por ejemplo, ¿por qué a veces nos despertamos en plena noche con ganas de mear, nos da pereza, «con lo calentito que estoy en la cama”, no nos levantamos porque queremos dormir y nos tiramos cuatro horas despiertos que ni meamos, ni dormimos, ni su puta madre? Seguir leyendo Doy mil vueltas en mi cama, sólo pienso en pis.

Kalises, Vaselina, Ana Duato y el Peluquero de Pablo Iglesias.

Hola amigos, ¡qué jodida es la crisis!… bueno, lo era, yo me estoy acabando de convencer de que esto se acaba, entre lo barato que me dicen que nos sale tener un Rey (bueno ahora dos), el dinero que me dicen que ahorramos por no haber ganado el Mundial de Fútbol, lo que nos hemos ahorrado en becas porque Paquirrín no haya querido estudiar, el dinero que Juancar ha convencido a su yerno que devuelva a las arcas del Estado y lo que se ahorra Pablo Iglesias en peluquería… adelantamos a China en nada. Seguir leyendo Kalises, Vaselina, Ana Duato y el Peluquero de Pablo Iglesias.

Historias prestadas. Persiguiendo un sueño.

Hola amigos, ¡qué jodida es la crisis!… es curioso, pero cada vez que un español entra en un bar, y en los últimos tiempos entra en el twitter o en el facebook, recibe un rayo invisible que le otorga los dones de la omnisciencia, la clarividencia  y la infalibilidad… normalmente acompañado de unas ganas terroríficas de beber cerveza… esto es así, y os lo digo yo, que sólo tengo la doble nacionalidad y me pasa. Seguir leyendo Historias prestadas. Persiguiendo un sueño.

PERSONAS, así, con mayúsculas.

 Vuelve, y es la tercera vez, a “de Grecia, de Pucela, del Infinito y de más allá” , uno de mis mejores amigos, con nosotros el autor de Desde Libia con amor, con el permiso de Don Jesús y mío, Jaime se sale del tono habitual de este blog para contarnos otro sueño, os puede gustar más o menos lo que soñó, por favor, leedlo hasta el final, este es mi blog y los prejucios y el fanatismo, del lado que sean, se dejan detrás de las tres uves dobles…  ¡¡dale, amigo!!

Hoy como de costumbre he vuelto a tener un sueño.

Empiezo mi jornada, al minuto cinco, sólo escucho insultos, escupitajos, las piedras pasan junto a mi cabeza, un adoquín impacta en la cara de mi compañero de la izquierda. Escucho, ¡retroceder! Siguen volando piedras, tornillos, cohetes. Vuelvo a escuchar ¡hay orden de no intervenir!

– ¿Y por qué? – me pregunta otro.

– Yo qué cojones sé, sólo estamos aquí para recibir golpes.

– Pues yo me voy, que les den por culo, a los cafres que nos están agrediendo y a los cafres e indeseables que nos mandan.

– Pero ¿qué coño haces? Te van a expedientar, te van a suspender de empleo y sueldo.

– Que me voy, que tengo mujer y dos hijos pequeños, que esto lo estarán viendo por la televisión, que la Sexta está disfrutando de esta batalla.

– Joder… pues si tú te vas yo me voy contigo, ¿no tendrás una pañuelo blanco?

– Claro, toma.

Mi amigo y compañero extiende el pañuelo y lo coloca en la porra simulando una bandera. Empieza a ondear la bandera blanca. Los cafres flipan, uno de los cabecillas ordena parar el lanzamiento de piedras. El resto de los compañeros de mi grupo alucina con la situación, pero se relajan. Un silencio estremecedor, pero a la vez fantástico, se apodera de la calle. Mi compañero con la bandera en la mano, se quita el casco, deja el escudo en el suelo y da dos pasos para adelante.

Al mismo tiempo el que parece ser el cabecilla de los agresores comienza a caminar hacia mi compañero. La calle sigue en silencio.

Una vez que llegan el uno al otro, comienzan a hablar, pero nadie escucha lo que se dicen, fueron aproximadamente cinco minutos interminables, dos PERSONAS, una frente a otra, hablando en PAZ. Pasados esos minutos, todos vemos como se funden en un fuerte abrazo regresando cada uno hasta su lado de la batalla. De repente vemos como el cabecilla parlamenta con su gente, los cuales empiezan a quitarse sus capuchas y pañuelos que les cubren la cara. Nosotros al ver esto hacemos lo mismo, dejamos todos los cascos y escudos en el suelo. De repente alguien empieza a aplaudir, todos comenzamos a aplaudir, muchos con lágrimas en los ojos, y todos sorprendidos pero felices.

Nos retiramos, nos metemos en la furgoneta y nos marchamos.

– ¿Pero qué os habéis dicho?, yo le pregunto.

– Pues qué le voy a decir, que luchamos por lo mismo, por el trabajo, por las injusticias, que somos trabajadores con un sueldo humilde, que tenemos hijos en su misma situación, en paro, estudiantes sin beca, que a muchos de nosotros nos ha quitado la casa el banco por no llegar a fin de mes, que estamos de acuerdo con la mayoría de sus reivindicaciones, solo que no nos parece la forma de reclamarlo, que “lo que se obtiene con violencia, solo se puede mantener con violencia” , que “nadie puede pensar y golpear al mismo tiempo”, que nos podemos parar a pensar y lo mismo llegamos a un acuerdo para luchar juntos pacíficamente por los mismos objetivos comunes.

– Qué grande eres.

Me despierto de mi sueño.

– ¿Dónde estoy?

– Está en el hospital, ayer te abrieron la cabeza de una pedrada, te han dado 17 puntos. Y debes de tener algún daño cerebral, pues mientras estabas inconsciente has empezado a aplaudir.

– No te preocupes, estoy bien. Ha sido un mal….. digo un BUEN SUEÑO.

imagen post 3 jaime

 

Manolas Bombosiakis y el felpudo de su abuela.

Hola amigos, ¡qué jodida es la crisis!… pero hay que echarle cojones, yo intento no entrar en polémicas en la redes sociales, ni en la calle, ni, ni, ni… en tu puta casa, ¿algún problema?, eso no me lo dices ahí fuera… me he quedado con tu cara, sé donde vives. Venga coño, hay que echarle valor y decirlo: Seguir leyendo Manolas Bombosiakis y el felpudo de su abuela.

Navelate, clementina o sanguina.

Repitiendo en “de Grecia, de Pucela, del Infinito y de más allá” , uno de mis mejores amigos, con ustedes el autor de Desde Libia con amor… (redoble de tambores)… con el permiso de Don Jesús, Jaime…  ¡¡enorme!!

Hoy he vuelto a tener un sueño. Me encontraba haciendo cola en una gasolinera. Una gasolinera naranja. Llego al surtidor y allí me encuentro a Naranjito, él era el gasolinero o dicho mas fisnamente, él era el empleado de la estación de servicio, que cojones (el gasolinero). Y a todo esto me doy cuenta que los surtidores no son de gasolina, son de zumo de naranja. Le pregunto a Naranjito, sin salir de mi asombro y él me contesta con la gracia que le caracteriza, «¿Va uzzte a echar navelate, clementina o sanguina?»

– Joder y yo qué coño sé. Hasta hace un rato mi pequeño Opel Corsa funcionaba con super.

– Entonces le echamos navelate.

– Venga, ¿a cuanto está el litro?, pregunto yo.

– A 50 centimos el litro.

– Joder qué bien, pues LLENO POR FAVOR (recordando a Alfredo Landa).

No las tenía todas conmigo, era muy extraño, había surtidores de zumo de naranja navelate, de naranja clementina, de zumo de limones para los camiones “pareado” y sin haberlo “preparado”, y encima barato, barato.

Pago, arranco y marcho, el Corsita como una seda, qué felicidad, y parece que huele a azahar, ya era hora, España sale adelante, se van a cagar los de la OPEP. Llego al primer cruce y ……… se estampana contra mi un vehículo que se ha saltado un ceda. Ohhh my God, es Don Jesús (pincha para conocer su historia).

Despierto, no estoy en España, estoy en Trípoli, en una gasolinera, echo gasolina a mi querido Corsita, pago, ¡3 euros llenar el depósito!, joder qué diferencia. Llego hasta una cafetería, Mohamed me pregunta que voy a tomar y como no podía ser de otra manera le digo “Un zumo de naranja”.

Photo Credit: Boegh

Jura por éste que yo te he pegado.

Continuando con las colaboraciones de mis amigos “de Grecia, de Pucela, del Infinito y de más allá”  hoy se une a mi blog un grande, uno de mis mejores amigos, con ustedes el autor de Desde Libia con amor… (redoble de tambores)… Jaime…  ¡¡enorme!!

Hoy he tenido un sueño.

Estaba crucificado, al lado de otros dos pájaros que por la pinta podían proceder del mismo centro del barrio La Mina en Barcelona. Joder, y de repente aparece un romano, joder otra vez, es clavadito a un profesor que me hizo la vida imposible en tercero de E.G.B. Qué quiere este cabrón ahora, don Jesús se llamaba el muy…., y va y se sube a una escalera, seguro que es para quitarme los clavos (como en la canción). Pues no, me planta un crucifijo en la jodía cara y me empieza a gritar:

– ¡¡Velascooooooo, jura por éste que yo te he pegado!!

– Noooooo, Don Jesús, no me ha pegado.

– Y ¿por quéeee se lo has dicho a tu madreeeee?

– Me lo he inventado Don Jesús, usted no me ha pegado, usted no me ha dado un bofetón que me ha tenido tres días sordo.

De repente empiezo a escuchar a un montón de gente aplaudir a rabiar. Veo como mucha gente se empieza a poner en pie y se cierra un telón.

Dios mío, yo mismo era Camilo Sexto en Jesucristo Superstar.

Me despierto y me duele el oído, tengo la cara colorada y me siento algo sordo.

“Don Jesús, cabrón, no se me olvida”.

jesucristo_superstar apañao