Hola amigos, ¡qué jodida es la crisis!… es tan jodida que no nos podemos parar a pensar en las cosas importantes de la vida… por ejemplo, ¿de verdad que comer pavo favorece que las personas de genero femenino que habitan en tu mismo pueblo, barrio o casa, en habitación independiente, sean proclives a mantener sexo oral contigo?
Igual os parece una pregunta hecha a la ligera, sin fundamento, debido a la persistencia de los efectos de la combinación de diferentes bebidas espirituosas durante la celebración de la Nochevieja y el subsiguiente Año Nuevo… pero no, es una duda que me corroe desde mi más tierna adolescencia… al lío.

Cuando yo contaba con unos insultantes 15 años, con todo el poderío y las hormonas en todo lo alto tuve la desgracia de escuchar ese maravilloso villancico cuyo estribillo dice así:
“Ande, ande, ande,
que he comido pavo,
todas las vecinas
me chupan el nabo”
A mí aquel dechado de lírica y buen gusto me dejó prendado, yo deseaba de todo corazón cumplir con las tradiciones de la Navidad (que me chupasen el nabo era algo accesorio, de verdad) y aunque en mi casa nunca ha sido tradición comer pavo en Navidad convencí a mi madre para que hiciese pavo en Nochebuena… y en Navidad, y en Nochevieja, Año Nuevo, Reyes… un año prolongué las Navidades hasta San Valentín… nada, por mucho empeño que ponía ni una triste insinuación de ninguna vecina… no hablemos ya de una felación en condiciones… algo fallaba… un día de Nochebuena se lo conté a mi amigo Manolas Bombosiakis, un fenómeno del que ya os hablé).
– No funciona…
– Será a ti.
– Pero Manolas, llevo 3 años comiendo pavo en todas las fechas importantes de la Navidad… y nada.
– Será que tu madre no sabe hacer el pavo, que no lo deseas de corazón, que no crees en la magia de la Navidad, que no has sido bueno durante el año… porque en mi casa cenamos pavo en Nochebuena y en Nochevieja, y esa misma noche, desde que cumplí 14, una buena mamadita de las vecinas cae… a mí y a mi padre, claro… incluso mi difunto abuelo cumplía con la tradición… igual tenías que venir a cenar a mi casa, mi madre lo hace de puta madre.
– Manolas, yo quiero que me la chupe una vecina, no tu madre… (no dije nada, pero una felación de la Sra. Bombasiakis con el bigotazo que tenía, debía ser como que te la chupase Del Bosque… ¡o la Pantoja!)
– ¿Pero qué coño dices, desgraciao? Digo que mi madre hace el pavo de puta madre… y seguro que la tuya no.
A mí aquello me produjo una profunda desazón, ¿y si era verdad que esa bella tradición navideña no se cumplía por la mala maña de mi madre con el pavo?, llegué a casa ciertamente alicaído y algo raro vio mi madre…
– ¿Qué te pasa hijo? Anda ayúdame que estoy rellenando el pavo.
– Nada, mamá… no me pasa nada, y este año no quiero pavo.
– Cómo no vas a querer pavo, si lo hacemos por ti… a nosotros no nos gusta el pavo y llevamos tres años que nos van a salir plumas, que te pones muy pesado hijo…
– ¡No me gusta el pavo, mamá! Odio el pavo, yo lo hacía por cumplir con la tradición del Villancico… – dije, entre lágimas.
– Comer pavo es una tradición para algunos, para otros es el lechazo, la lombarda o los langostinos…
– ¡Qué no que en Navidad si comes pavo, las vecinas te chupan el nabo!
– Alfonsas hijo, ese villancico además de ser una grosería, no deja de ser un villancico – me dijo, no sin antes soltarme un collejón- acaso te crees que todos los años hacia Belén va una burra cargada de chocolate, que Raphael lleva un roto tambor, que la gente mira como beben los peces en el río o que tu burrito sabanero va camino de belén…
– Pues sí.
– Pues no.
– Pues Manolas Bombosiakis cena pavo y las vecinas le chupan el nabo, y a su padre… y antes a su difunto abuelo.
– Ya hijo, pero es que Manolas Bombosiakis vive encima de un puticlub, su padre es un putero de tres pares de cojones y su madre el pavo relleno lo borda.
Buen fin de semana amigos, que la fuerza os acompañe.
Photo Credit: Jim Bauer
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...